¿Qué tipo de pruebas digitales pueden ser aportadas en un proceso judicial? ¿De qué dispositivos pueden extraerse? ¿Cómo se puede garantizar que sean admitidas por los Tribunales de Justicia? Con el auge imparable de las nuevas tecnologías y, por tanto, con la consecuente multiplicación de prácticas que podrían desembocar en casos fraudulentos, cada vez son más las empresas que, ante cualquier sospecha de actividad ilícita por parte de algún empleado o colaborador, pueden llegar a plantearse estos interrogantes.
Partiendo de esta premisa, Grupo Paradell, consultora especializada en la lucha contra el riesgo corporativo, ha celebrado un evento en el que se han dado cita diferentes expertos para abordar cómo una acertada pericial informática puede resultar clave para abogados y empresas que necesiten probar ante los órganos de Justicia competentes acciones de competencia desleal, ciberestafas o la difusión de publicaciones injuriosas, entre otras.
Fernando Dombriz, Director de Desarrollo de Negocio de Grupo Paradell, ha comenzado su intervención refiriéndose al concepto de ‘dictamen pericial’ y, aludiendo al magistrado Gimeno Sendra, ha recordado que se trata de “una actividad procesal mediante la que una persona o institución especialmente cualificada suministra al juez argumentos o razones para la formación de su convencimiento acerca de ciertos datos controvertidos, cuya percepción o comprensión escapa a las aptitudes comunes judiciales». En el caso más específico de la prueba digital o electrónica es toda «información de valor probatorio contenida en un medio electrónico o transmitida por dicho medio», ha añadido.
Respecto de las actuaciones que se deben seguir para presentar una prueba digital, el experto ha subrayado que, actualmente, “no existe una normativa específica que regule la metodología sobre cómo se deben recopilar y custodiar las distintas tipologías de pruebas digitales”. No obstante, “los tribunales han ido estableciendo la necesidad, en determinados supuestos, de presentar estas pruebas a través de informes periciales para evitar la posible manipulación de las evidencias aportadas por las partes», ha continuado.
El manual del empleado
Pero, ¿cuándo es posible la presentación de dictámenes periciales para acreditar determinados hechos controvertidos o necesitados de prueba? Durante su intervención, Dombriz también ha recordado a los asistentes que, para presentar este tipo de pruebas en el ámbito laboral, “la organización debería contar con un manual del empleado, que específicamente regule el uso que el trabajador puede hacer respecto de los dispositivos que la empresa ha puesto a su disposición, así como de la información interna que maneja». Asimismo, el citado manual también debería recoger la posibilidad de la empresa de monitorizar la actividad del trabajador a través de los dispositivos que le haya asignado.
El responsable de Desarrollo de Negocio de Grupo Paradell ha culminado su exposición refiriéndose a los dispositivos y archivos sobre los que se suelen realizar las pruebas periciales. Así, ha afirmado que «los dispositivos más habituales de los que se extraen las evidencias digitales son el ordenador, el móvil, los servidores, el disco duro externo, la memoria USB o la tablet”. En cuanto a los archivos analizados, destacan los correos electrónicos, las páginas webs, imágenes, videos y otro tipos de documentos, e incluso las publicaciones en redes sociales.
Casos de robo de información, competencia desleal y publicaciones injuriosas
Por su parte, Juan Martos, Socio Director del área de Forensic Tecnológico de Grupo Paradell, ha mencionado aquellos procesos que deben seguirse en la realización de toda pericial informática, como son “la cadena de custodia, la toma de datos o el análisis”, acciones imprescindibles para garantizar una “adecuada redacción del dictamen y su consecuente ratificación”.
Martos también ha compartido con los asistentes algunos supuestos prácticos en los que una pericial informática ha resultado clave para la correcta resolución del caso, por ejemplo, ante un robo de información. «La facilidad de acceso a la información confidencial por parte del personal de las empresas, especialmente en entornos directivos, constituye un caldo de cultivo excepcional para la competencia desleal», ha destacado.
Finalmente, el experto ha centrado su atención en una práctica que, ante la generalización del empleo de las redes sociales, se ha convertido ya en un riesgo común: la proliferación de publicaciones injuriosas. “El informe pericial puede determinar el alcance de estas publicaciones injuriosas, la difusión que han tenido y sugerir los pasos a dar por parte de las Autoridades para dar con el o los culpables”, ha sentenciado.
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