Algunas empresas no dudan a recurrir a métodos poco éticos para no quedar rezagados frente a sus competidores. Uno de estos métodos es el espionaje industrial. ¿Quieres saber qué es espionaje industrial y conocer algunos de los casos más relevantes? Pues sigue leyendo.
¿Qué es espionaje industrial?
El espionaje industrial es la investigación, muchas veces ilegal, de los competidores para obtener una ventaja comercial. El objetivo de la investigación podría ser hacerse con un secreto comercial -como los pasos de fabricación de un producto- o simplemente conseguir información que pueda resultar valiosa.
Los espías industriales pueden ser personas infiltradas en la organización a la que espían o alguien con contactos dentro. Aunque también cada vez más a menudo son hackers que consiguen introducirse en los sistemas informáticos de la empresa y robar información.
Espionaje industrial: ejemplos famosos
Ahora que Volkswagen está de actualidad (para mal) por falsear los datos de emisión de gases de sus modelos, vale la pena recordar que el gigante automovilístico ya estuvo en vuelto en otro escándalo por prácticas poco éticas. En 1993, siete altos directivos de Opel, incluyendo el jefe de producción, dejaron la compañía de forma fulminante y casi simultánea para pasar a Volkswagen, la competencia directa. General Motors, la empresa matriz de Opel, no tardó en acusar a Volkswagen de espionaje industrial, alegando que sus secretos empresariales estaban siendo utilizados. La acusación dio lugar a una batalla legal de cuatro años al final de la cual Volkswagen acordó pagar a General Motors 100 millones y realizar un pedido de más de mil millones de dólares en piezas de automóviles. Un caso parecido se produjo en 2009 cuando la cadena hotelera Hilton fichó a 10 ejecutivos de Starwood.
Un caso pintoresco y con mucho menos glamour fue el de Procter & Gamble y Unilever. Durante seis meses en 2001, P & G estuvo llevando “comandos” a las oficinas de Unilever en Chicago. Su misión, rebuscar en los contenedores de basura en busca de documentos de interés. Durante ese tiempo los comandos rescataron de la basura casi 80 páginas de documentos confidenciales.
Otros espías industriales son menos cuidadosos. Es el caso de Steven Louis Davis, un ingeniero que trabajaba para Gillete en el desarrollo de sistemas de afeitado de nueva generación. En 1997 no dudó en enviar por correo electrónico y fax dibujos de la nueva maquinilla de Gillete a la competencia. Desde luego no es la forma más discreta de pasar información. Al ser descubierto no le quedó más remedio que auto inculparse y dijo que lo había hecho para vengarse de su jefe (una venganza que le salió cara).
En contra de lo que la gente suele pensar, el espionaje industrial no se da solo entre multinacionales, si no que puede aparecer en empresas de cualquier tipo. En Grupo Paradell estamos especializados en la lucha de ese tipo de fraudes. Si crees que la información confidencial de tu negocio podría estar en peligro, no dudes en llamarnos y contratar nuestros servicios de detectives privados para empresas.